25.7.12

Natural

Eran sus ojos marrones
como la tierra más fértil,
Y sus cabellos dorados
como el trigo ya Noviembre.
Su sonrisa la blancura
de la nieve en las alturas,
Y su voz era el sonar
de la lluvia en un cristal.
Sus manecillas de seda
la brisa primaveral,
Y su caminar pasivo
era un canto angelical.
Sus besos dulces y ardientes
el calor de mi hogar natal.
Su interior el aliciente
que me hizo enamorar

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