De amor y dolor

Tarde de gorriones


Un nuevo día gris en la mirada,
Los gorriones henchidos por el frío
Se acurrucan amorosos en las ramas
Planteándole al invierno un desafío.

En esta bruna tarde amada mía
Estiro mis garras al silencio
Para atrapar toda aquella antología
De poemas que escribimos en tu cuerpo.

Y no digas que no, lo necesito
Quiero hallarte en el largo laberinto
De las horas que gastamos beso a beso
En nuestro ardiente adolescente instinto.

Han pasado ya… ya muchos años
Y la elipse del tiempo lo ha esfumado,
Mas te conservo desnuda entre mis brazos
Como el más hermoso diamante engarzado.

No me pidas perdón por haberme dejado
Antes de que el tiempo encaneciera tu huerto,
Mas no existen recuerdos más hermosos
Que lo que pudo ser y no fue cierto.

Es verdad que tuve una gran vida,
Otra mujer me acunó en su seno
Y la amé, sin mentirte lo confieso
E hizo de mí un hombre más bueno.

Pero el elixir de tu aroma de ángel
Persistió como estrella en el tiempo,
Y hoy, ya en el final de mis días
Te he traído a mi lecho de muerto.

Quiero irme tranquilo esta noche
Amalgamado contigo hacia el cielo,
Por eso te he traído a esta tarde…
De gorriones en pleno invierno.

Trasnoche

El frío de la mañana acaricia mi tez
Y un silbido de entre dientes
Acompaña mis pies.
Una canción, de las buenas,
La mañana en primavera,
Y yo displicente voy,
Sin importarme la gente
Ni el resplandor de este día
Con olor a rosas frescas.

Un camión coge basura,
Una mujer barre la acera.
Una niña de ojos claros
Va camino hacia la escuela.

El sol de septiembre ríe,
Me saludan las horquetas
Colmadas de tallos verdes
Y de flores tan coquetas.

Pareciera como si hoy
Me sonrieran los planetas,
Las aves me saludaran
Y no existieran las guerras.

Es como si en este día
El júbilo me naciera
En cada parte de mi alma
En el olor de la hierba.

La felicidad me inunda
La alegría me constela
El corazón se me escapa
A través de mis arterias.

Voy de regreso a mi casa
Después de tan larga espera,
De tanto verso entregado,
De tanta esperanza austera.

Después de tanto pensarla
Y de amarla en la quimera,
Después de tanto desearla
Y añorar su boca fresca.

Voy de regreso a mi casa
En esta mañana bella
Caminando entre las nubes,
Saltando entre las estrellas.

Voy de regreso a mi casa
Como si recién naciera
Mis heridas se han curado
Y ya no duelen las penas.

Voy empapado de amor
Y de la más dulce entrega
Voy lleno de su sudor
Y de su aroma de almendra.

Hoy soy un hombre feliz
Porque me calcé su huella.
Soy el hombre más feliz
Porque anoche…

Anoche dormí con ella.

Razones


Te quiero con este amor maduro
Que brota medular desde el caracú
Con la sabia simple de lo sustancial.

Te quiero con este amor crecido
De río tumultuoso en verano
Y de rama colmada de gorriones en invierno.

Te quiero en la mirada de mi niño,
En la canción de su inocencia de ángel,
En el tumulto del mundo indolente.

Te quiero porque me quiero
Y quererte me hace bien
Como el estanque a sus nenúfares.

Te quiero cuando no estás,
Cuando siento que te extraño
Y la casa se torna ancha y silenciosa.

Te quiero cuando cae la lluvia
Del invierno entre las chacras
Y estás junto a mí atizando la hoguera.

Te quiero porque tu estuario de carne
Trepidante y emancipada no le teme al placer
Y me regalas la flor de tu deseo.

Te quiero porque atesoro tu caricia de agua clara
Cuando el lodo social trasvasa mis silencios
Y ya no me quedan armas de defensa.

Te quiero porque a pesar de nuestras individualidades
Logramos la amalgama perfecta en el diario trajín
Del camino escabroso de los días.

Te quiero porque ya no hace falta la palabra
Y nos entendemos en el idioma de la mirada.
Ese que sólo conocemos vos y yo.

Te quiero porque aunque el mundo vaya a prisa
Me gusta esperarte con el mate caliente
Entre las notas amorosas de la zamba.

Por estas razones y las que no entiendo
Por las que no he podido escribir

Y por las que no he encontrado: te quiero.


Cielo


¡Uh!.. Creo que hoy, otra vez, no te veré;
El mismo remolino de siempre;
La misma sensación de caer al vacío.
¡Ah!.. Cuanto te extraño esta noche.
En este laberinto de alcohol
Necesito de tu piel y tu voz.
¡Oh! Nena, hace ya tanto tiempo
Que la sangre se me secó y
La ruleta otra vez sacó mi número
Hacia el cielo.
¡oh! Nena, estoy cayendo al abismo
Y estoy cada vez más ausente.
Mi alma es un agujero insensible
Como el cielo.
Quiero salir a buscarte, pero no puedo.
El desconsuelo me paraliza y me hundo
En la más profunda oquedad.

Ya he estado en estos caminos
Pero nunca pasé el límite.
Éste laberinto de sueño
Me fragmenta entre dos polos
Y cercena mi razón:
Mi razón de vivir.
Mi Ser se despoja de su carga
Y el lastre ya no pesa.
Mi mente gira como un tornado de paz
Y me eleva como un papel
Hacia el cielo.

¡Oh! Nena

Siento que ya no te extraño.


Trasnoche
El frío de la mañana acaricia mi tez
Y un silbido de entre dientes
Acompaña mis pies.
Una canción, de las buenas,
La mañana en primavera,
Y yo displicente voy,
Sin importarme la gente
Ni el resplandor de este día
Con olor a rosas frescas.

Un camión coge basura,
Una mujer barre la acera.
Una niña de ojos claros
Va camino hacia la escuela.

El sol de septiembre ríe,
Me saludan las horquetas
Colmadas de tallos verdes
Y de flores tan coquetas.

Pareciera como si hoy
Me sonrieran los planetas,
Las aves me saludaran
Y no existieran las guerras.

Es como si en este día
El júbilo me naciera
En cada parte de mi alma
En el olor de la hierba.

La felicidad me inunda
La alegría me constela
El corazón se me escapa
A través de mis arterias.

Voy de regreso a mi casa
Después de tan larga espera,
De tanto verso entregado,
De tanta esperanza austera.

Después de tanto pensarla
Y de amarla en la quimera,
Después de tanto desearla
Y añorar su boca fresca.

Voy de regreso a mi casa
En esta mañana bella
Caminando entre las nubes,
Saltando entre las estrellas.

Voy de regreso a mi casa
Como si recién naciera
Mis heridas se han curado
Y ya no duelen las penas.

Voy empapado de amor
Y de la más dulce entrega
Voy lleno de su sudor
Y de su aroma de almendra.

Hoy soy un hombre feliz
Porque me calcé su huella.
Soy el hombre más feliz
Porque anoche…

Anoche dormí con ella.


Felonía

No voy a clavarte las uñas del rencor
Por lo que pasó atrás en el camino,
Haré de cuenta que tan sólo fue el destino
El que cruzo delante tuyo aquel fulgor

Que se apoderó de tus ojos cristalinos
De tu risas, de tus besos y sudor;
Que laceró mi alma con su trino
De pájaro carroñero sin pudor.

No voy a clavar la bandera del olvido
Simplemente, mas, no puedo dulce amor
Porque nace en mí la flor de aquel espino
Que sembraste aquella noche de licor.

Pero llevo mi esperanza de beduino
En un morral titubeante y soñador
De encontrar ese vergel divino
Que libere la mariposa del dolor.


Ahora, dos ángeles

                                                                A mis amados hermanos Horacio y Dany
Deposito en la urna azul de mi guitarra
El gemido silencioso de mi duelo,
Enredadera arcana de pasiones verdes
Que mustia hoy acaba en vestirse de invierno.

Quise mitigar la angustia y el dolor
Sumergiéndome en la ceguera del milagro
Por no poder cambiar ni el rumbo ni el destino
De la vida misma y sus tragos amargos.

No sé por qué la barca de infortunios
Arribó de nuevo silente a nuestras casas
Si aún no terminábamos de aceptar la ida
Y acabar el duelo de otra desgracia.

Por eso hoy te abrazo guitarra bendita
Porque entre ellos y yo siempre fuiste un lazo
Gracias al cantar armonioso de mi pueblo
Ellos y yo fuimos un mismo pedazo.
Dura, muy dura es la despedida
Cuando no pudiste entregar el abrazo
De – Nos veremos pronto por algún camino
Para conversar acompañando el paso.

Llora, llora sin consuelo guitarra querida
Por tu manantial de cuerdas, cadencioso
Libera este grito de mi desconsuelo
Y llega a sus almas en mi triste responso.

Me han dicho


La mano negra del silencio impío
Robó las palabras de tu boca fresca
Cuando aún te faltaba por cruzar el río
De los avatares de la vida esta.

Engulló tu lengua, tus ojos melinos;
Tu risa de niño, sutil y burlesca,
Tus manos de seda, tu porte, tu brío
Y tu alma serena: pura y gigantesca.

Nos sustrajo todo: lo tuyo, lo mío
Y adentro del alma nos dejó una muesca
Donde ya no arde fuego en el vacío
Porque de tu llama se robó la yesca.

Me han dicho te han visto por el sembradío
Paseándote irreal como sombra chinesca
Mas eso alboroza este cuore mío
Y hace que el dolor un tanto fenezca.


El último latido


El día en que el todo y la nada crucen sus caminos;
Cuando mi palpitar se detenga y la luz se haga incandescente;
Cuando los ángeles caídos quieran sumarme a sus filas,
Estaré allí para tomar tu mano, deseada
Para acariciar tu rostro de niño
Y atrapar tu sonrisa apacible.
Cuánto deseo tenerte en mi pecho,
Llorar toda esta ausencia desde que partiste
Y henchir el corazón de algarabía.

No imaginas lo difícil que es que no estés.
El vacío es inconmensurable
Y los que te amamos simulamos haberlo superado.

Por eso estaré allí,
Ansioso de estrecharte sin el tedio de la vida,
Sin el lastre que depara la rutina,
Sin el peso de este cuerpo que envejece.

No hay manera de escaparle a este destino.
Aún me quedan promesas que cumplir,
Un hijo que criar, un poema que escribir.

Pero tarde o temprano estaré allí,
Ni antes ni después. Sólo en el preciso instante
De mi último latido.

Poemario


(I)
Pasas, y como si nada sucediera
No puedes darte cuenta del Big Bang que acontece:
En mi alma, en mi corazón fibrilado,
En el mar de axones y dendritas
Y en la Vía Láctea de mis hormonas.

(II)
Estás, y el tiempo se detiene.
La alegría se esparce por los poros;
Las cucarachas huyen y las calandrias se posan en el tendal.
No hacen falta música ni manjares. Tan sólo Tú.

(III)
Tomas mi mano y un vuelo de palomas siembra mi paz.
Siento que no caigo ya al barranco
Y que me crecen alas que sostienen
Mi pobre humanidad de niño inseguro.

(IV)
No ha de secarse esta lágrima, no
Hasta que el tenue aliento de tu boca de fresa
Vuelva a posarse en mis labios ávidos y descarnados.

(V)
Te has ido, el colchón aún conserva la tibieza de unos cuerpos.
Por el aire vaga un aroma genital.
El baño aún está húmedo y fragante.
Has olvidado una tanga a los pies de la cama.

(VI)
Búscame si estás perdida,
Si has extraviado el camino a casa.
No me he mudado: Sigo clavado en el mismo agujero
Y la llave continúa debajo de la alfombra.

(VII)
La soledad me carcome en el silencio
Y la almohada, húmeda y helada no da consuelo.
Me he levantado y he salido a la calle,
A buscarte en esta noche fría.

(VIII)
Quizás regrese al estanque en que te besé.
Tan sólo para acariciar con mis cornetes
El aroma del agua clara en donde quedó aprisionado
El perfume de tus pies de ninfa.

(IX)
Déjame sentirte una vez más,
Remover el enjambre de tu piel desnuda,
Olvidarme del mundo atado a tu cintura
Y estallar en los átomos azules de tu ser.

(X)
He decidido ya no pensar en Ti.
Me he sumergido en un mundo de T.V. vacía,
De copa de vino y comida ligera,
De horas de internet y amigos virtuales.
Pero no lo he conseguido.

Quedarme solo

Al atravesar el umbral de la vieja puerta
Me habrá tragado la soledad
Con su boca negra;


Me desplomaré en el espiral de casa vacía
Entre un puñado de fotos muertas.

En la mirada los ojos rotos,
En el silencio el triste recuerdo,
En el reloj que no marca el tiempo
El cruel tic tac del desasosiego.

En el ropero su ropa mustia
Como gorriones en pleno invierno
Me invadirá de viejos olores
Que expelerán mohíno aguacero.

La cama sola en medio del cuarto
No está enterada del desconsuelo
Y espera alegre, edredón floreado
Que la colmemos con nuestros cuerpos.

Pero hace instantes ella se ha ido,
Dejó me solo en medio del río
De vida juntos que un día soñamos
Lejos del mundo y su desvarío.


Habré de besar ahora esa botella
Tantas veces
Como alguna vez la he besado a Ella;
Habré de beber y quizás llorar
Hasta que el alcohol haga me olvidar.


Paloma herida


Benditas sean las fibras de tus lianas
Que me incrustan en el centro de tu cuerpo,
Que me zambullen en el istmo de tus piernas,
Y en la blancura radiante de tus senos.

 Si no fuera por la costumbre que tiene el sol,
De arrebatarle las noches al lucero,
No te tendría aquí, paloma herida;
Frágil, pueril, encarcelada en tu agujero.

Abrazado a tu médula, a tu eje,
Al ecuador de tu vientre bueno
La plenitud del gozo se hace infinita
Y ondeo cual cometa del ensueño.

Estás aquí por fortuna del destino
Que te trajo una noche a mis silencios
Cuando la vida te había vuelto las espaldas
Y el desamor había mostrado sus secretos.
Ya no sufras más paloma herida,
Me he calzado mi traje de enfermero
Y uno por uno iré curando tus pesares
Con agua clara y amor cálido de enero.

Entonces,
Cuando seas capaz de un vuelo pleno
Y hayas asido la libertad y su universo
Soltaré tu mano, aunque me duela
Para que vuelvas a la vida y a su trueno.

Mas no olvides que un día te di cobijo,
Que te amé sinceramente en el silencio
Que tomé tus alas mustias, malheridas
Y te surqué de caricias con mis dedos.

Vuela, vuela ya paloma mía
Toma la vida, la libertad y su asidero
Y si un día de mis manos necesitas
Vuelve al nido que una vez fue tu consuelo.

Y si acaso no pudieses ya volar
Y en tu pecho  hubiere una daga clavada
Llámame con tu arrullo ensangrentado
Que a tu lado correré
Aunque tú por mí no sientas nada.


Amor de invierno


La tarde gris está en mi valle
Como otras tantas de invierno.
El día va por el aire
Con su espada de escarcha entumecida.
¡Soy tan feliz en esta tarde!
Caminando de tu mano;
Solos los dos por el parque
Pisando las hojas de los árboles.

Y el sol,
Ese que ayer calentó mi verano
Hoy sos Vos;
La brisa
Esa que ondeaba suavemente mis cabellos
Hoy sos Vos:
Mi dulce niña Ojos de Gorrión.

Como una tibia mariposa
Vuela de tu boca un beso.
Yo lo atrapo tiernamente
En la hondura de mi corazón.

¡Soy tan feliz en esta tarde!
Porque siento que te amo
Y aunque caiga cenicienta la llovizna
Arde la hoguera refulgente del amor.

Y las olas
Esas que ayer llamaban mi locura
Hoy sos Vos;
La arena
Esa que mi piel estremecía
Hoy sos vos:
Mi dulce niña Ojos de Gorrión.


Domingo por la mañana


Mañana, cuando te encuentre
Seremos dos cachorros jugando en la hojarasca que dejó el otoño.
Te miraré, me mirarás y nuestros ojos se habrán entendido
En la confluencia de las almas gemelas.
Correremos bajo el sol de la mañana
Y volveremos a reírnos y jugar.
La miel de tus ojos endulzará mi alma
Y la abeja del amor libará de la flor de la nostalgia.
Nos diremos cuánto nos hemos extrañado
Y hasta quizás ruede una lágrima.
Los álamos de la chacra nos mirarán absortos
Y los zorzales nos cantarán su melodía.
Te abrazaré, me abrazarás y la espiral del tiempo
Se habrá diluido en las catacumbas del recuerdo.
Enredaré mis dedos en los rulos de tu cabello
Y mis manos se entibiarán en tu rostro de niño.
Ahí, ahí te besaré, te apretujaré en mi pecho y te amaré por toda la eternidad.
Así te recuerdo y te extraño, así te lloro cada domingo por la mañana
Cuando el teléfono ya no suena. 


La muerte de un amor

 No hubo funeral
Ni coronas de flores marchitas.
El día se metió en un ala del invierno
Y la lluvia comenzó a caer y a esconderse
En charcos crepitantes y marrones.
Ya no hubo paraguas para dos
Y una sombra negra se alejó obscura y silenciosa
Bajo el gris racimo de gotas transparentes
Dejando en unos ojos
La mirada aletargada y ausente.
Su figura se perdió allá, en el espacio
Como una sombra china entre las manos de la tarde.
Se calló la canción, se quemaron las cartas,
De las entrañas emergieron arrugas
Y se abrió una herida flagrante y fatal.
Un alma quedó sola en ese instante,
Ahora sin abrigo
Y un mar de gélidas olas
Arrasaron los glóbulos de fuego de su sangre.
Se ha roto la homeostasis,
Y comienza el camino de las noches
Con los ojos mirando hacia la nada.
Ahora, es tiempo de salir a buscarla por las calles
A transitar la soledad anquilosante,
Y, aunque a pesar de que la encuentre
colgada de la mano de otro amante
Tendrá que simular que ya no duele.


LSD

Es difícil escapar al hechizo
De tu planeta de encantos y vicio,
De tu mirada de carbón encendido

Que te toma o te lleva al olvido.

Es difícil la vida contigo,
Si no estás me muero, si te veo vibro
Y el pensarte me rasga por dentro
Y el desearte me mantiene vivo.

Es difícil no estar malherido
Si sé que no te tengo, pero estás conmigo
Y la ambivalencia de tu juego me postra
Aún cuando tu cuerpo se funde en el mío.

Es difícil pensar en olvido
Cuando a cada instante te llevo conmigo,
Cuando tu sonrisa ilumina mi alma,
Cuando tu perfume me brinda el oxígeno.

Es difícil no estar en peligro
Si constantemente me tenés al filo,
Pero tu puñal no mata, aunque hiere
Y mi corazón sangra pero no muere.

Es difícil la vida contigo
Pero más difícil si no estás conmigo
Porque mis mañanas por vos son soleadas
Con vos quiero todo, sin vos no soy nada.


No importa la razón

Quiero caminar contigo mi camino
Y así sin darme cuenta subirte a mi destino,
Fue decisión del cielo que tu mano tomara
Justo en el momento en que perdido estaba.
Y así como una oveja encuentra su pastor
Sabía con certeza que hallaría tu amor.
Fue tan sólo verte para cuenta darme
Que lo que buscaba corría por tu sangre,
Y eras sólo vos y otra no había
Lo que mi déspota corazón quería.

No importa la razón, estoy seguro
De querer ir de tu mano hacia el futuro,
Aún cuando mis sienes peinen canas
Quiero sentir tu sol en mis mañanas
Y remontar el cielo de tu cuerpo fresco
Para beber la miel de ese placer inmenso.
Y miro hacia adelante y sólo quiero
Morir entre tus brazos y por tus besos.



Talvez ese día

Talvez algún día, cuando ya no duelas,
cuando por las noches no llore tu ausencia,
cuando en mi universo no seas mi estrella,
cuando seas nada y tu recuerdo muera,
talvez ese día…
talvez ese día vuelva a abrir mi puerta
a tus blancos dientes, a tus ojos de perla,
a la mansedumbre de tu piel canela
y al agua bendita que moja tu lengua.
Pero, amada mía, tenlo bien en cuenta,
no pidas amor, no sueñes quimeras,
no desees besos ni manos sinceras…
Talvez ese día… talvez ese día yo ya no te quiera.

Como esperando tu regreso

Tu cepillo de dientes sigue ahí
como esperando tu regreso,
mirando hacia la puerta como un preso,
extrañando una boca ya sin besos.
Entro al baño y te veo en el espejo,
te respiro en tu crema de cabello,
si hasta cambié el jabón - puse uno nuevo-
por si llegaras a venir durante un sueño.
A la casa le falta tu sonrisa,
la cama está vacía de deseo,
mis horas se hacen siglos sin recreo
y en la noche brilla el sol de tu recuerdo.
El mate es más amargo en el silencio,
la mirada  lejana en el destiempo,
¿quién te podrá decir que te deseo
si entre los dos arde la hoguera del infierno?
El domingo por la tarde solo muero
no consigo llenar este agujero
que ha dejado tu canción sin instrumentos.
Pero sigo creyendo en ese cuento
contado para mí  y por  mis sueños
que un día al regresar de mi trabajo
me estés esperando con un beso.

Antes de Ti

Amor:
 Antes de conocerte, yo tenía un corazón inhabitado
Andaba por el mundo buscando una fogata que calmara mi frío
Y saltaba de cada barranco en busca de emociones.
Así, me colgué de cada nube que pintara una sonrisa
Y me entregué a la carne queriendo saciar mi sed de amar.
Pero mi corazón seguía hueco
 y mi cuerpo desvirtuado era un desierto
de espíritu vacío y postergado.
Entonces… un día te encontré
un río de sensaciones alocadas me surcó;
la montaña floreció en lupinos y amancayes
y la luz de tu agua fresca colmó mi alma sedienta.
Después… tu fogata me alcanzó con su tibieza
Y el barranco fue sabana en primavera
Y mi carne ya no fue carne sino… Ser


Llueve

Mojada está la tarde en la lluvia serena,
Escúchole caer límpida y buena
En las chapas resecas del tejado,
En el amplio horizonte de mis penas.
Esencia de los cielos que el alma anega
Con trémolos recuerdos que otrora fueran
Pareciera más felices que la hora esta,
Vestidos de nostalgia por no estar cerca.
Y está cayendo aquí y allá en la senda
Donde algún caminante posa su huella,
Y le cae al mendigo y al de la alta esfera
Y le cae al manzano y le cae a la piedra.
Aromas de café y amor se entremezclan
Entre sábanas tibias de refinadas telas,
En el humo galante de  las chimeneas,
Entre  alfombras de Persia y pisos de tierra.
¿Dónde andarás amor,  errática hembra
Tiñendo momentos de concupiscencia
Con simulada alegría de clown de feria
Herida por la vida, mísera y ciega?
Necesito de vos en la tarde esta
Lluviosa en soledades y  en agua fresca
Necesito tu risa, tu piel, tu entrega
Necesita tu parte mi parte huera.
Quizás camine un rato en la húmeda acera
Fingiendo que te olvido, que no interesas
Mas con la esperanza firme y entera
De encontrarte en la calle desnuda y huérfana.


A Ti

No me hubiera enamorado de ti
Si no fueras la siembra que me llama a tus surcos
Si no fueras la luna en cuarto menguante
Que irradia luz de sol y verde de futuro.
Cada camino que anduve me trajo hasta vos
Sin saber tu senda, ni conocer tus ojos.
Estabas en la ceniza del pan del horno de barro
En el murmullo del agua del canal, en la sombra del manzano
No te imaginaba, pero deseaba el néctar de tu flor
Y el alma se me abría en primavera
Con aromas de azahares y duraznos.
Cada vez que la intriga de tu rostro me inundaba
Galopaba el corazón hacia la brisa
De la piel que te cubre mi Artemisa
De tu risa radiante como aljaba.
Y  un día te encontré, miel del enjambre
Y nadé por vinos tintos y champagnes,
Me colgué de la estrella,  fui una nave
Como fuego zozobrando por tus carnes.
Te tomé en mis caricias y fui sangre
Seminal estallando  en mil volcanes
Y en el magma divino de tu cráter
Fui paloma entre orgasmos a raudales.
Hoy estás como el sol sobre mi tarde
Y la paz corre en la casa, ceba el mate
Late en mi ritmo, calma mi enjambre.

En mi coche

La vida cundirá mansa en la tarde,
la tarde opacerá en un sol de noche,
y vos y yo tan cerca, piel a piel
aguándonos de néctar en mi coche.
Afuera colorido un carnaval de luces,
adentro, la ternura, el sudor y el beso,
y en cada uno alumbrará la locura
su placenta de orgasmos en el cielo.
La fiesta aún no comienza y te deseo,
el agua de la flor lava mi cuerpo,
un perfume de jabones y champúes,
imagino la fragancia de tus senos.
Éste sí, éste no, mejor el negro;
también quiero la camisa haciendo juego,
y mi rostro con un liso de navaja
ya deseoso de caricias y de besos.
Tu sonrisa y tus ojos tan intensos
le dan la bienvenida a nuestro encuentro;
si hay personas, o música, o comida,
no lo sé, sólo veo tu figura en el intento.
Y la noche se tiñe de miradas,
y unas manos que buscan otros dedos,
y un corazón que bate acelerado
su tambor de guerra de alma en celo.
Y voy tomándote las manos,
y tus curvas provocan en meneo.
Un contacto de labios, descuidado,
y un torrente de hormonas crece dentro…
Son las cinco y en casa hay un marido
que espera tu llegada en el silencio,
que no sabrá que estuviste hoy en mi coche,
que no sabrá que hoy, bebiste de mis besos.


Ando


Ando en la búsqueda, amor
No pretendo venderte la ilusión
Ni soñar con ser uno eternamente.
El sol y el desierto siempre han estado juntos
Pero jamás se han reclamado vida.
Quizás al pasar mi espolón te lastime
O mi inefable caricia cure tus heridas
Quizás pase tan ausente que ni me verás.
Mi humilde condición de falibles vestiduras
Puede hacerme morir en el intento…
…los barcos se alejan llevando ilusiones,
Dejando sal en los ojos y huecos en el alma
Pero al llegar, traen risas y esperanza sanadora.
Soy un barco en altamar, nada seguro
La tempestad me abruma; mi puerto está lejos
Talvez seas mi isla salvadora, mas…
Siempre me verás oteando el horizonte.
…ando en la búsqueda, amor


 Acaso, amor


 Calma la tempestad y en su sosiego, te contemplo amada mía.
Un ayer indecoroso se pasea en el recuerdo
Y un presente de futuro con vaguedad de alegría.
Navegamos en lo incierto, en la arrogancia, en la envidia
Y nos vestimos de luto para asistir a la cita del odio.
Muerte y resurrección; esta pira de vida aún arde sangrienta
Y quizás las sombras largas del rencor la rescaten para ellas.
Ojala que el amor devenga en superhéroe así pueda besarte
Y alcance a navegar la otrora belleza confundida.
Desnúdate. La noche es una chispa apagada.
Enciéndete para verte como luna de marzo
Para sembrar mis ansias y enterrar el dolor.
No podría explicar cómo el trigo y la miel nacen de tu mano,
Si fuiste volcán y vino avinagrado
Mas como sol de enero ardo entre sus brazos
Y me siento distinto a cualquier tipo que caminó tu calle.

Desilusión


Sorbí de tu adentro, te quité las penas,
Desgarré mi alma, y cosí la vuestra.
Lustré tu confianza, te legué mi ofrenda,
Te colmé de rosas, te di mi colmena.
Curé tus heridas, solté tus cadenas
Limpié tu sendero de sombras estrechas.
Pinté un universo donde eras la estrella,
Mi volcán furente, primavera eterna.
Y te di mi agua y te abrí mi huerta
Para que saciaras tu sed de agua fresca.
Pero primavera nívea,  cruel y gélida
Me llegó un domingo tras copiosa fiesta.
¡Tan fría me fue! que caló mis venas,
Congeló mi alma y quemó mi hierba.


Luna



Te vi  a lo lejos colgada allá en el cielo,
Justo al pasar la noche por la oscura vía
Y en vez de sensación de lejanía
Te sentí cual si fueras parte mía.

Te vi y pensé en ella, amada mía
Qué será  de ella y su letárgica agonía
Talvez esté llorando recluida
Talvez en mar de sombras oh perdida.

A ti que estás tan cerca de ella y mía
Préstale un poco de tu luz de carne viva
Llévala a pasear por tu inmensa algarabía
De amante enamorada de la vida.

Preséntale al gran sol que te ilumina
Y a las estrellas fugaces que titilan
Y envuélvela en el oro de tu brisa
Así tu halo la ilumine de alegría.

Quizás si tú haces esto luna mía
Ella se olvide de este amor que ya está en ruinas
Y se levante a caminar la nueva vida
Que está justo allí adelante
Cuando un amor muere o termina.

Dorado ser (Canción)

Un cielo de otro lado eres para mí,          
como un potro alado, tan blanco, tan sutil.
Y no hay otro ser  que ma haga descubrir
toda la magia del amor, 
todos los sueños despierto
 y una puesta de sol.
Lo que es ternura , lo que son dos,
lo que es te quiero, lo que es adiós
y lo que soy yo.
Si el sol se ha fugado  lo traes hasta mí,
y el áspero camino  transformas en tapiz.
Y no hay otro ser  que me haga descubrir:
 la magia del amor.

Polvo de estrellas

Un ángel pasó. Susurró a mi oído.
Me habló de una estrella  que nunca había visto.
Me dijo: – estás cerca de sentir su latido,
de ver su fluorescencia, de gozar su brillo
Entonces te vi
y sin saber tu nombre
sentí tu latido, tu brio y tu porte.
¡Oh! De la vía láctea me sentí colgado
con miles de astros bailando a mi lado.
Mil constelaciones de polvo dorado
no pudieron, no, cegar tu retrato.
Y como un rey mago me puse en camino
buscando tu ruta, tu piel, mi destino.
Dibujé senderos bitácora en mano
y quise llegar  adonde nunca he llegado.

Natural
 Eran sus ojos marrones
como la tierra más fértil,
Y sus cabellos dorados
como el trigo ya Noviembre.
Su sonrisa la blancura
de la nieve en las alturas,
Y su voz era el sonar
de la lluvia en un cristal.
Sus manecillas de seda
la brisa primaveral,
Y su caminar pasivo
era un canto angelical.
Sus besos dulces y ardientes
el calor de mi hogar natal.
Su interior el aliciente
que me hizo enamorar

Cosas del amor (Canción)

Aún me duele el alma cuando de vos me acuerdo
y es mi garganta un nudo de agua y sal.
Maldita sea mi suerte, en vano fue quererte,
Por qué te tuve que encontrar.
Y si aún no he muerto, es que debe ser cierto
que de amor nadie muere jamás.
Pero estoy desangrado por todo lo que he amado
y quiero que llegue el final.
Cómo olvidar, caminaba por la calle San Martín
cuando todo el universo descubrí
al besar tus rojos labios de carmín.
Cómo olvidar, si a partir de ese momento yo viví
sólo para amarte  amor, sólo por ti
y no había otra razón para existir.
Fueron días felices, no había nubes grises
y brillaba un radiante sol de amor.
Pero ese amor tan tierno no podía ser eterno
y se quebró como un cristal.
Lo intenté casi todo, te rogué de mil modos,
pero es difícil engañar al corazón.
Fue así que abrí tu jaula, desplegaste tus alas
y  te echaste a volar.
Cómo olvidar cuando entre sus brazos aquel día te vi,
se te veía sonriente, tan feliz
Sentí que todo se rompía en mí.
Cómo olvidar. Parecías un gorrión entre sus manos
que quería volar a mundos lejanos
y que recién descubrías el amor.

La despedida


Así, debería haber sido así
Sin grandes estruendos ni fuegos de artificio
Sin la avalancha que todo lo arrasa
Sin ríos caudalosos de dolor
Ni de olas de lágrimas de sal.
Así, sin el lamento de larga despedida
Sin el silencio abismal de la mirada
Sin el tronar del tosco corazón
Sin la aspereza de la caricia negada
Ni la mentira del regreso.
Así, como acaba el verano en el otoño
Como muere rojo el sol en la honda noche
Como la lluvia apaga el fuego
O como muere el hombre, solitario.
Así, debería haber sido así
Natural como cuando la conocí
Como el primer beso a borbotones
Como la brisa que pasó y me refrescó
Así, simple y suave como el primer “te amo”


Contradicción

Aunque duela la noche por amar tu sonrisa
Aunque mañana ya no sienta esas ganas de que estés
Aunque esta negra cerveza  anestesie mi alma
Aunque esta canción ya no te traiga a mi.
Aunque esta noche me mezcle con lo efímero, lo fútil y volátil
Aunque navegue en un mar de sonidos, risas y alcohol
Aunque estalle lo oscuro en psicodélico universo
Estaré esperando verte encendida en cada cabellera enrulada,
En cada sonrisa de sol, en cada jean ajustado
En cada cuerpo que dance, en cada deseo desenfrenado
En el sueño que mi cama traerá…
 Aunque ya no sienta esas ganas de que estés.

Equívoca


Te creíste nieve eterna, y tan sólo eras escarcha,
apenas frío rocío, de invierno por la mañana.
Te pensaste perdurable rodando la vía láctea,
pero estrella fugaz eras  pasando por mi ventana.
Te sentiste omnipotente como el sol en la montaña
mas sólo fuiste el calor que proporcionan las brasas.
Te soñaste ser la reina de la belleza mundana.
Es cierto. Eres muy bella, pero con eso no alcanza.
Y te vestiste  de fuego para calentar mi cama,
y con fuego me quemé hasta llagar mis espaldas.
…………………………………………….
Te moriste.
Te sepulté muy dentro de mi alma,
y aunque duele tu recuerdo carcelero
se crece en la condena y la batalla.
Ya no bebo la miel de la esperanza,
ya no suéñote  junto a mí por las mañanas.
Creíste ser volcán y sólo quedas lava,
creíste ser bandada, pero tan sólo eres
un pequeño par de alas.


Cuando partas

Cuando partas, contigo se habrá ido el verano
Y la desnudez de mi alma reclamará por tus manos.
El sol y las estrellas se habrán apagado,
Mis ojos serán ciegos, mi mundo inanimado.

Cuando partas, no habrá canto de gorriones,
Mi cama será escarcha y mi corazón jirones.
Mis días serán largos, mis noches infinitas,
Mis sueños pesadillas, mi amor será cenizas.

Cuando partas, mi cuerpo será sólo carne y hueso
Y quedará tu recuerdo en el aire como incienso.
Mi cuarto será oscuro, tu luz será recuerdo,
No habrá música suave, tan sólo habrá silencio.

Cuando partas, los diarios no dirán nada
Y la ciudad no se habrá dado cuenta
que está faltando un ángel en sus calles
ese ángel que sonríe y que me mira
con unos ojos como lo hizo jamás nadie.
Cuando partas, te habrás llevado todo.


Ya va a pasar…


No sé qué pasó, repentinamente estoy solo,
no puedo siquiera las manos del crepúsculo tomar,
un río alocado de suspiros, una lanza que no cesa de matar.
ya va a pasar… ya va a pasar…
Gota de agua de gases volátiles: Te secaste y muero de sed
aunque zozobro mustio tremolando en ancho mar
no es para mí, no, este sabor salado de la sal.
ya va a pasar… ya va a pasar…
Algún día beberé de cántaros de dicha
algún día risa la sal será, algún día ya no dolerás
aunque en ciénagas mi cuerpo retuerza un día más.
ya va a pasar… ya va a pasar…
Miles de manos van, caídas, cerradas, sin mirar
miles de voces desnudas, miles de oídos sin escuchar
miles, y yo sin vida, solo con mi triste dolor de amar
ya va a pasar… 


Remontando un sueño (Canción)

Quisiera encontrarte
En un café, o bajo el sol
O allá en el cielo.
Quisiera encontrarte
En mi cama una mañana,
Y hacerte el amor,
Y comerte a besos.
Y decirte amor
Que ¡tanto te esperé!
Y pedirte amor
-No te alejes otra vez-.
Quisiera que estés a mi lado otra vez
Quisiera remontarme
Entre mis sueños,
Mis pensamientos,
Mis fantasías.
Y entonces tenerte
En mi boca como ayer,
En aquel café,
Entre tanta gente.
Y decirte amor
Que ¡tanto te soñé!
Y pedirte amor
-No me dejes esta vez-
Quisiera que estés a mi lado otra vez.

Quisiera dejar de amarte
Para mirarte con otros ojos
Tal como sos.
Se que volvería
A enamorarme de tu cara,
De tu corazón,
De tus manos blancas.
Hace tanto tiempo amor
Que el mundo da vueltas.
Quisiera ser ganador en esta ruleta.
Quisiera que estés a mi lado otra vez.

  Y pensar… (Canción)

¡Hey!
Ya no sé qué hacer
No sé qué decirte
Así me vuelves a creer.
Que no estuve bien
Sólo pensé en mí
Y hoy me toca sufrir.
Y pensar
Que yo jamás imaginé
Que por vos iba a llorar.
¡Hey!
Te pido otra oportunidad;
Sé que tuve mil
Pero hoy voy a cumplir.
No me podés creer
Te hice tanto sufrir
Que no querés saber más de mí.
Y pensar
Que las batallas que teníamos los dos
Me acostumbré a ganar.
Pero hoy me has declarado ya la paz
Y me di cuenta que jamás gané. Te quiero.
Talvez
Un día te encontraré
En una calle fría
Y serás mía como aquella vez.
Entonces,
Sería tan distinto,
Sería tan hermoso
Que no lo puedo imaginar.
Y pensar
Que no nos damos cuenta
De las cosas que amamos
Hasta perderlas. Te quiero.


Cobijo

Curaste mis alas heridas de miedo,
Llenaste mi alma con tu amor sincero,
Me diste tu risa, clara como el viento
Y muy lentamente me elevaste en vuelo.
Regaste semillas de confianza en mi huerto,
Sacaste malezas, me embriagaste en sueños 
Yo era un hombre-niño, me gustó tu cuento
Y en él nos subimos a soñar despiertos.
Fueron días cálidos como el mes de enero,
Durmiendo a tu amparo no sentí el invierno
Y un día el amor se posó en tu adentro,
Y la vida nos trajo ese hijo nuestro
Que es como una flor,  tan frágil y bello
Que es vos y yo en un solo cuerpo
Y que hoy nos demuestra, a pesar de todo,
Que valió el intento.

Miedo de volar


Un día más,

es parte de esta eternidad

de besos fríos sin piedad,

de años luz de inmensidad,

y de claustra soledad.

No sé por qué me enamoré,

no eres mi tipo de mujer,

no eres el ángel que soñé,

no lo sé.

Poco a poco te pensé,

mucho a mucho te busqué,

y perdido me encontré.

Así fue.

Mi alegría marchite.
Mi sonrisa postergué.
Mi esperanza sepulté
y encerrado terminé.
Así es.
No sé por qué me enamoré
No eres el bálsamo que esperé
No eres las horas que ilusioné
Ni las alas que idee.
No lo sé.
Pero sigo junto usted,
esclavo de no sé qué
como un ave que enjaulé.
Talvez…
con un gran miedo de ser.



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