31.10.14

Ecos de guerra

Se oyen estampidos de fusil
En un bosque de hayas en Ucrania
Y una bandada de palomas vuela
Como intentando eludir crasa vesania.

Se oye un estruendo de misil
En las sedientas arenas, allá en Gaza
Y una niña palestina muere
Apagándose como una brasa.

Se oye una gran detonación
Cerca de Homs, en la tarde sangrienta
Y un convoy humanitario es triturado
Para el dolor de muchos, cruel afrenta.

Se oye el tronar de un AK 47
A orillas del Yuba por Somalia
Y un niño negro que se hace hombre
Con sus manos en sangre de metralla.

Se oye el retumbar de algún mortero
En una aldea centroafricana
Y el vuelo de un amor que se hace añicos
Porque acaban de cortar sus blancas alas.

Se oye el fragor de una batalla
En Sudan, en un campo de cosecha
Y una familia ve morir sus esperanzas:
El fantasma del terror y el hambre acechan.

Se oye una risa descarada
En la polvorienta y sufrida Afganistán
Y una mujer árabe es violada
Y ultrajada por el talibán.

Se oye el chirrido de una daga
En un video de la televisión
Y un inocente periodista es degollado
Por un psicópata en el nombre de su Dios.

Se oye el trinar de un canillita
Que ofrece diarios en la esquina
Y en su portada anuncian unas muertes
Por unos narcos de México, Colombia o Argentina.

Se oye el ringtone de un celular
En una calle de la gran ciudad
Y la muerte se lleva la vida de dos niños
En El Congo por un kilo de coltán.

Se oye el sonido de un descorche
De una cara botella de champan
Y un traficante de diamantes que sonríe
Mientras cientos de miles ni tienen para el pan.

Se oye silencio por el norte
Las noticias de la guerra no se oirán
Y una nación apoya su patético gobierno
Que por petróleo hasta Neptuno irá.

Se oye una máquina cuenta billetes
En un banco de la Suiza neutral
Y un mercader de las armas que festeja
El nacimiento de una nueva guerra tribal.

Se oye el llanto de los niños
Se oye al dolor y al hambre apretujar
Se oyen misiles y metrallas
Y esta vieja costumbre de los hombres
Con su lanza que no cesa de matar.