Lina, seguro
estarás
tejiendo momentos con el
gris de tus ojos.
Él, se quedó contigo en su
mundo mágico
anclado en el cielo de
realidad figurada,
clamando tu nombre y el
amor que no fue
quemando en su sangre
como ardiente fogata
Lina, allá, a lo
lejos
reclama tu presencia tu
tierra helada
como un reno a la tundra,
como la raíz al agua.
Tú, te fuiste sin saber
que él te amaba
Que daría cuanto fuera que
tú desearas
Por el sol incandescente
de tu sonrisa de hada.
Lina, hermosa niña, flor
de Escandinavia, ilusión partida
Se quedó tu huella en su
alma pequeña
Y no quiere dejarla… y no
puede.
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