17.12.13

El ojo del hacha

Dice el refrán:
Nada tiene que ver el amor con el ojo del hacha…

Se vieron, se miraron, se desearon de inmediato.
Se apasionaron, se extasiaron de lujuria e impudicia
Y se lanzaron al río como dos piedras más.
Río turbulento el del amor, y el de los límites.

Pero… nada tiene que ver el amor con el ojo del hacha.

Después fueron una canoa en medio de ese río,
Contemplando atardeceres, mirando pájaros,
Regalando flores y besos, recitando poemas,
Despertando miradas, celos y silencios.

Pero… nada tiene que ver el amor con el ojo del hacha.

Entonces, se salieron del río y marcharon al campo.
Las primaveras cada vez tuvieron menos flores y pájaros
Y los inviernos fueron cada vez más largos.
Él todo lo controlaba, de todo desconfiaba,
Y la encerró en su propia cárcel… y le cortó las alas.

Pero… nada tiene que ver el amor con el ojo del hacha.

Y así pasaron veinte años, rutina tras rutina.
Él decretaba, ella acallaba, ella aceptaba.
Y la burbuja se henchía crepitante
De simulacros y felicidad ficticia.

Pero…  nada tiene que ver el amor con el ojo del hacha.

Un día golpeó a su puerta un caminante perdido.
Se vieron, se miraron, se desearon de inmediato.
Se apasionaron, se extasiaron de lujuria e impudicia
Y se lanzaron al río turbulento del amor y de los límites.

Pero… nada tenía que ver el amor con el ojo del hacha.

Cuando él llego esa tarde del trabajo diario,
Ella estaba desnuda en la cama, impúdica y extasiada.
Él quiso gritar, decretar y ejecutar…
Pero no se dio cuenta del caminante detrás de  la puerta…
Un hachazo certero terminó con su vida.

Aunque… nada tenga que ver el amor con el ojo del hacha.

5.12.13

MADIBAH (a Nelson Mandela in memoriam)

Hoy ha partido un Ángel Negro.
La muerte infinita lo vino a buscar,
En rayo de luna va viajando al cielo
Con su puño en alto y digno su mirar.

Una lágrima rueda en la ilusión del mundo
Las banderas libres no quieren flamear,
El león ya no ruge en la sabana africana,
Y las hienas hoy no carroñarán.

Se ha ido Madibah, guerrero incansable,
Dueño del martirio y la libertad,
Víctima del odio y la supremacía
Del blanco pirata, sangre colonial.

Se escucha el batir de un tambor afligido
Entre los Tembu se oye murmurar
Allí va un espíritu, el de un hombre altivo
Que ni las cadenas pudieron doblegar.

No temió enfrentarse con la tiranía,
Ni a la represión  del apartheid brutal.
Y expuso bizarro a los cuatro vientos
La excelsa razón de su palpitar.

Ay! Nelson Mandela, los libres contigo
En deuda estaremos por la eternidad,
Pues Tú nos legaste la dignidad del hombre,
Y tu sana esperanza por la libertad.

Tú nos enseñaste a enfrentar al miedo
Y el gran privilegio de vencerlo y ganar,
Y que si un hombre vive por sus ideales
Vale hasta la vida por los mismos dar.

Estuviste preso en la isla Robben
27 años sólo por luchar
Por tu pueblo ungido con la gracia bendita
De querer vivir libre a voluntad.

Saliste gallardo de entre los barrotes
Sin buscar venganza ni odio criminal,
Tu alma generosa perdonó al verdugo
Y a los carceleros dueños de tu mal.

Cumpliste con creces tu promesa divina
De entregarle al mundo justicia e igualdad,
Más hoy te despido con estas palabras:
Mi querido Nelson - descansa ya en paz.