27.8.15

Lacónicos

Ay tristeza
Tristecita mía, te quiero de vuelta
Quiero que tu barca
De melancolía retorne a mi puerta.

Hoy no he querido mirarme en el espejo.
He querido evitar darme cuenta
Cuánto nos parecemos.

Ahora soy un rey de bastón, 
sin trono ni corona.
Un río en calma en donde se puede beber
La paciencia y el saber.

El ayer seguirá siendo un salto eterno al vacío
sin el sustrato de las pisadas del hoy
el mañana, un anhelo.

Recuerdo cuando corría por aprender,
Por zambullirme en las aguas del canal.
Ahora la prisa es del mundo.

La vida es un error,
Un carro de bomberos apagando incendios.
La vida no es este cuerpo ni ésta fórmula.

20.8.15

Ahora, dos ángeles

                                                                A mis amados hermanos Horacio y Dany

Deposito en la urna azul de mi guitarra
El gemido silencioso de mi duelo,
Enredadera arcana de pasiones verdes
Que mustia hoy acaba en vestirse de invierno.

Quise mitigar la angustia y el dolor
Sumergiéndome en la ceguera del milagro
Por no poder cambiar ni el rumbo ni el destino
De la vida misma y sus tragos amargos.

No sé por qué la barca de infortunios
Arribó de nuevo silente a nuestras casas
Si aún no terminábamos de aceptar la ida
Y acabar el duelo de otra desgracia.

Por eso hoy te abrazo guitarra bendita
Porque entre ellos y yo siempre fuiste un lazo
Gracias al cantar armonioso de mi pueblo
Ellos y yo fuimos un mismo pedazo.
 
Dura, muy dura es la despedida
Cuando no pudiste entregar el abrazo
De – Nos veremos pronto por algún camino
Para conversar acompañando el paso.

Llora, llora sin consuelo guitarra querida
Por tu manantial de cuerdas, cadencioso
Libera este grito de mi desconsuelo
Y llega a sus almas en mi triste responso.

16.8.15

En esta hermosa tierra mía

Aquí, en esta geografía plana
Rio Negro, Patagonia Argentina
De arbusto achaparrado por el viento,
De heladas blancas y de escarcha.

Aquí, en este contrapunto de silencios
De estrellada techumbre celestial,
De gente simple como el tiempo.

Aquí, en esta vastedad inmensa como el cielo
Con la ventisca que silba en los oídos
En la diáfana noche del desierto.

Aquí, en esta tierra que sabe poco de agua
Dura como el alma de un guerrero
Y  suave como manos de mamá.

Aquí germinó la semilla de mi ser
La que sembraron La Ramona y El José
Allá por el noviembre del sesenta y tres.

Aquí hundí mi raíz y mi esperanza
Como el coirón, la jarilla y el neneo
En este oasis a orillas del  Río Negro.

Paso Cordova, General Roca. (si, es con V corta)
Aquí afiné mi lengua y mi guitarra
Le puse mariposas a mi alma
Y me elevé en el aire hecho canción.

Aquí sufrí la vida y su destierro
Sufrí el amor y su consuelo
Y le hundí mil  puñales al dolor.

Aquí, en esta estepa milagrosa
Fui vida en la sangre de mis hijos
Fui paloma, chimango y libertad.

Aquí, en mi amada tierra rionegrina
Pienso quedarme hueso sin carne
Llanto y recuerdo, olvido y lobreguez.

Aquí renaceré como manzano,
Como átomo en el agua del canal,
Como flor de achicoria en primavera.

Aquí divagaré como fantasma
En las noches de charlas de fogón
Con Meulen, la Calchona  y el Chonchón.

Aquí reposaré tozudamente
Polvo en el polvo, aire en el viento
Por la inconmensurable eternidad.

Aquí. En esta hermosa tierra Mía.