No me hubiera enamorado de
ti
Si no fueras la siembra que me
llama a tus surcos
Si no fueras la luna en
cuarto menguante
Que irradia luz de sol y
verde de futuro.
Cada camino que anduve me
trajo hasta vos
Estabas en la ceniza del pan
del horno de barro
En el murmullo del agua del
canal, en la sombra del manzano
No te imaginaba, pero
deseaba el néctar de tu flor
Y el alma se me abría en
primavera
Con aromas de azahares y
duraznos.
Cada vez que la intriga de
tu rostro me inundaba
Galopaba el corazón hacia la
brisa
De la piel que te cubre mi
Artemisa
De tu risa radiante como
aljaba.
Y un día te encontré, miel del enjambre
Y nadé por vinos tintos y
champagnes,
Me colgué de la estrella, fui una nave
Como fuego zozobrando por tus
carnes.
Te tomé en mis caricias y
fui sangre
Seminal estallando en mil volcanes
Y en el magma divino de tu
cráter
Fui paloma entre orgasmos a
raudales.
Hoy estás como el sol sobre
mi tarde
Y la paz corre en la casa, ceba
el mate
Late en mi ritmo, calma mi
enjambre.
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