18.2.12

Las manos del albañil


Déjanos descansar en este día,
Disfrutar de una fémina piel.
Deja que los callos se suavicen con caricias,
deja que las grietas se rellenen con su miel.
Deja que la carga cotidiana
se transforme en rizos sin peinar.
Deja que la sequedad del viento
no nos toque en este día con su mal.
Déjanos bañarnos en un pote de crema,
déjanos las manos de mil niños tomar.
Aléjanos del tacto del rugoso ladrillo,
protégenos de la reseca cal.
Deja por un día de construir el mundo,
de levantar la casa que jamás tendrás.
Deja que en tu muerte posemos unidas
cruzadas al pecho, blancas como pan.
Déjanos por siempre solidarias, fuertes,
estar donde alguien nos pudiere apreciar.
Déjanos poder abrazar a tu hermano
sembrar la esperanza y firmar la paz.

15.2.12

Morir amando

Rojas, bardas rojas.
Verde, alamedas verdes;
una ruta finita hacia adelante;
atrás quedaste vos y lo que fuimos.
-Miro el retrovisor-
está el pasado con su carga pesada,
un ataúd lleno de recuerdos,
una mezcla de mí con el mundo.
La radio y su manía de poner canciones,
que me trasladan a cuando eras mía.
Es una excusa más para acercarte.
Estoy lejos,
pero no puedo apartarme de vos,
no consigo sosegar este aluvión de suspiros
doloridos de razón.
No quiero despertar,
me estoy quemando,
en medio de la nada estoy viajando,
ya no es mío el control,
entregué el mando;
fue el destino, mi amor:
Mi destino es morir amando.

14.2.12

¿Qué más da?


Más allá del tiempo seré sueño infinito,
entre polvo de estrellas nadaré perdido;
el todo y la nada estarán conmigo,
guardias estelares cuidarán mi olvido.
Decidí nacer, por ello he vivido,
decidí vivir y elegir destinos,
caminé por campos verdes azulinos,
disfruté manjares, mujeres y vinos,
supe del amor y placeres divinos,
supe del dolor, supe ser mezquino.
Pero, hoy mi cuerpo yace allí tendido,
y sin la paloma se quedó mi nido;
un rayo de sol se filtra en los árboles,
una lágrima hipócrita rueda tan cobarde,
un manto de tierra, acaba mi tarde,
y la soledad como el fuego me arde.
Acaso esta noche mi cuerpo cabalgue
desnudo de tiempo su último viaje,
un destino incierto se yergue adelante
¿el cielo?, ¿el infierno?
 ¿Qué más da? ya estuve allí antes.

13.2.12

Pero estaba allí


Tenía una sonrisa de esas, para coleccionar
La vida en las mejillas, la paz en su mirar.
Una jungla rizada en su cabeza
Sus labios… dos cerezas a punto e estallar.
En soles, sus pupilas de horizonte negro
Un amplio mar su frente de tardes de febrero.
Medias lunas radiantes los arcos de sus cejas
Sensuales sus pestañas… un vuelo de belleza.

Tendría diecinueve, quizás un poco más
La vida por  venir, un mundo por soñar…
Pero estaba allí… en la dormida ciudad
Cubierta por madera… y flores por secar.

7.2.12

Axioma

Entonces comprendí: 
                                   no hay una sola verdad.

La verdad se acuña de a montañas
En los rostros cansados de los pobres
En sus ojos lánguidos y oscuros
En su piel curtida color cobre.
 
La verdad se disfraza de mentira
En la boca obscena del político
En las promesas al pobre prometida
En las palabras de un hipócrita analítico.

La verdad muere en el silencio
Del que cómplice mira de soslayo
Del cobarde que sabe pero calla
En la venal sonrisa del cipayo.

La verdad camina despojada
De la complicidad que adorna a la mentira
Alejada de espejitos de colores
Engalanada tan sólo de sí misma.

La he buscado creyéndola muy lejos
Enterrada en el sentir de los humanos
Más comprendí que estaba ahí adelante
En una abrazo, en una risa, en un poema,
en el sublime canto de unos pájaros.

6.2.12

Redención


Expira. No atiendas mi súplica desesperada,
sé que no duele. Mas,  no quiero mi dolor de perderte, para nada.
Así somos, así fuiste: egoístas, raza humana.
No dejes de partir sin legarme tu risa inmaculada,
no te vayas sin dejarme la ilusión de tu mirada.
Descansa. Me encanta tu sonrisa descarada,
la quiero para siempre en mi alma dibujada;
un vuelo de gorriones, un son de paz alada.
No quiero este dolor de perderte, para nada
pero ya lo decidiste, partirás a tu morada
de cielos azul  claro , de días de oro y plata, 
de amor puro y de calma.
Se notará la ausencia de tu carne en las mañanas,
pero más se notará… la presencia de tu alma

5.2.12

Despedida


He aquí el final para mis sueños,
he aquí la que no tiene dueño.
He aquí la carne de mis venas,
he aquí la cura de mis penas.

He aquí la libertad de mi alma,
he aquí el comienzo de la eterna calma.
He aquí la nada y el olvido,
he aquí mi último suspiro.

He aquí el fin de mis amores,
el fin de mis prejuicios, de mis rencores.
He aquí la justicia infinita,
la de mi conciencia, la nunca escrita.

He aquí el final para mi cuento,
de lo que me arrepentí,
de lo que no me arrepiento.

He aquí el final para mi nombre

moviéndose en el mundo de los hombres.

He aquí mi vana despedida,
no sé hacia adónde voy,
o si volveré algún día.

Arenga

Soy el pueblo que brama, que trina, que reclama

el orden de las cosas como un jardín de rosas
con pétalos y espinas, mas de belleza clara.

Callosas son mis manos, curtida está mi espalda
quebrada la esperanza de esperas tan amargas,
enfermo de ansiedad sin saber del mañana.
Soy el hijo de aquel que de su tumba reclama
lo que nunca le  llegó tras mil promesas vanas,
lo que otro se llevó con codicia mundana.

Y declamo:
Espera tras espera, ya leudará la masa
un río de ira y fuego cocinará las casas
horneando el santo pan de la justicia rasa.
No jueguen con el pueblo, no vendan su esperanza
no priven a los niños de vida y enseñanza
no siembren la injusticia, repartan la ganancia
Porque una gota más… y este vaso rebalsa.

1.2.12

La tumba


Una flor seca se mecía
mansamente en el hueco de cristal
de un florero por el agua olvidado,
ni siquiera mojado
por la lágrima salada de un ojal.
Mil granos de roja arena
cubrían el mármol de su mal
agrietado por la sequedad del viento
cual la carne cubierta por la sal.
El bronce otrora bruñido
resignaba  su estirpe señorial
y la foto de la  eterna vida
su sonrisa,  yerma soledad.
Y yo allí, silencioso cuervo
inundado de silencio sepulcral
agradecido de no estar olvidado,
y de ser tan sólo un deudo del azar.