es tu mirada profunda y
tierna;
un sol que asoma, la luna
llena,
esos ojitos como dos gemas
guardan silencio, sueñan
quimeras,
ríen sonrisas, lloran
tristezas.
Dos redondeces de tinta
negra,
pintan mi vida con acuarelas,
sé qué te pasa sólo con
verlas,
esos ojitos, dos perlas
negras.
Son el espejo de tu alma
ingenua,
son el reflejo de tu
inocencia,
cuando los miro, crece la
siembra,
me baño en gozo, nado en
estrellas.
Un par de gotas de miel de
abejas,
un río dulce de azúcar negra,
esos ojitos, mi vida entera,
luz de mis ojos, mi
primavera.
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