Los
pájaros oscuros que me revolotean
(En
este preciso instante)
Me
llevan en sus alas negras a pensar en vos.
En
todo lo que dejaron las luminarias de tu alma
En lo
poco que fue y lo mucho que no podrá ser.
Me
pregunto…
Si te hubiera mostrado mi madera podrida
¿Hubieras
amado mi flor, mi fruto sumiso?
¿Atesorarías
en tu piel la frescura de mi sombra?
Y si
te hubiese enseñado mi fragilidad tan insegura…
¿Te habrías
sentido a resguardo en mi pecho?
¿Te hubiera
cautivado mi lana de peluche?
¿Hubieses
comprendido al lobo?
Nos
han enseñado a no desnudarnos, a amar lo fútil, lo baladí,
Lo externo
y aparente. Tuve miedo de ser.
Hoy, estoy
aquí, en mi jaula de pájaro carroñero,
En
esta tumba maloliente. Un paria más de la existencia.
Perdí
el mapa, extravié el camino
Y te
preferí muerta antes que de otro.
Maldita
la oscuridad de perro rabioso que me habita,
Y se
apoderó de mí aquel instante.
Maldito
corcho que saltó y liberó las eruptivas
burbujas
De mi
champán avinagrado.
Maldito
mi ser que no puede acompasar con esta realidad.
Maldito
yo por no estar arrepentido.
Te amo.