12.7.14

Malaria

Ella corrió hasta la iglesia
Aquella ardiente mañana
Cuando el son de la campana
Brotó desde el campanario.
Ni el párroco, ni el vicario
Advirtieron la presencia
De una madre que en su urgencia
Hasta El Señor acudía.
En su ruego ella pedía
Con simpleza y reverencia
Que Diosito en ese día
La honrara con su presencia.
Resulta que en los ranchillos
Desde la noche anterior
Su niño se seca en fiebre
Sin que se acerque un doctor.
Ni las rodajas de papa
Ni bañarlo en el fuentón
Pudieron calmar la furia
De la mala quemazón.
Por esta misma razón
Ella se bate en plegarias
Se ha pescado la malaria
Su niño del corazón.

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