Al atravesar el umbral de la vieja puerta
Me habrá tragado la soledad
Con su boca negra;
Me desplomaré en el espiral de casa vacía
Entre un puñado de fotos muertas.
En la mirada los ojos rotos,
En el reloj que no marca el tiempo
El cruel tic tac del desasosiego.
En el ropero su ropa mustia
Como gorriones en pleno invierno
Me invadirá de viejos olores
Que expelerán mohíno aguacero.
La cama sola en medio del cuarto
No está enterada del desconsuelo
Y espera alegre, edredón floreado
Que la colmemos con nuestros cuerpos.
Pero hace instantes ella se ha ido,
Dejóme solo en medio del río
De vida juntos que un día soñamos
Lejos del mundo y su desvarío.
Habré de besar ahora esa botella
Tantas veces
Como alguna vez la he besado a Ella;
Habré de beber y un río llorar
Hasta que el alcohol hágame olvidar.
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