no hay una sola verdad.
La verdad se acuña de a
montañas
En los rostros cansados de
los pobres
En sus ojos lánguidos y
oscuros
En su piel curtida color
cobre.
La verdad se disfraza de
mentira
En la boca obscena del
político
En las promesas al pobre
prometida
En las palabras de un
hipócrita analítico.
La verdad muere en el
silencio
Del que cómplice mira de
soslayo
Del cobarde que sabe pero
calla
En la venal sonrisa del
cipayo.
La verdad camina despojada
De la complicidad que adorna
a la mentira
Alejada de espejitos de
colores
Engalanada tan sólo de sí
misma.
La he buscado creyéndola muy
lejos
Enterrada en el sentir de
los humanos
Más comprendí que estaba ahí
adelante
En una abrazo, en una risa,
en un poema,
en el sublime canto de unos
pájaros.
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