Más allá del tiempo seré
sueño infinito,
entre polvo de estrellas
nadaré perdido;
guardias estelares cuidarán
mi olvido.
Decidí nacer, por ello he
vivido,
decidí vivir y elegir
destinos,
caminé por campos verdes
azulinos,
disfruté manjares, mujeres y
vinos,
supe del amor y placeres
divinos,
supe del dolor, supe ser
mezquino.
Pero, hoy mi cuerpo yace
allí tendido,
y sin la paloma se quedó mi
nido;
un rayo de sol se filtra en
los árboles,
una lágrima hipócrita rueda
tan cobarde,
un manto de tierra, acaba mi
tarde,
y la soledad como el fuego
me arde.
Acaso esta noche mi cuerpo
cabalgue
desnudo de tiempo su último
viaje,
un destino incierto se
yergue adelante
¿el cielo?, ¿el infierno?
¿Qué más da? ya estuve allí antes.
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