13.2.12

Pero estaba allí


Tenía una sonrisa de esas, para coleccionar
La vida en las mejillas, la paz en su mirar.
Una jungla rizada en su cabeza
Sus labios… dos cerezas a punto e estallar.
En soles, sus pupilas de horizonte negro
Un amplio mar su frente de tardes de febrero.
Medias lunas radiantes los arcos de sus cejas
Sensuales sus pestañas… un vuelo de belleza.

Tendría diecinueve, quizás un poco más
La vida por  venir, un mundo por soñar…
Pero estaba allí… en la dormida ciudad
Cubierta por madera… y flores por secar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario