el orden de las cosas como
un jardín de rosas
con pétalos y espinas, mas
de belleza clara.
Callosas son mis manos,
curtida está mi espalda
quebrada la esperanza de
esperas tan amargas,
enfermo de ansiedad sin
saber del mañana.
Soy el hijo de aquel que
de su tumba reclama
lo que nunca le llegó
tras mil promesas vanas,
lo que otro se llevó con
codicia mundana.
Y
declamo:
Espera tras espera, ya
leudará la masa
un río de ira y fuego
cocinará las casas
horneando el santo pan de
la justicia rasa.
No jueguen con el pueblo,
no vendan su esperanza
no priven a los niños de
vida y enseñanza
no siembren la injusticia,
repartan la ganancia
Porque una gota más… y
este vaso rebalsa.
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