blancura espesa y germinal
gestada en latidos tan
ardientes
como el mismo pecado
original.
Entonces desmayé
convaleciente
tras convulsiva hecatombe
matinal
que descolgó a Febo del
saliente
para fundirlo en hoguera
infernal.
…
El día comenzó plácidamente,
ya en sosiego el huracán
hormonal,
sonrientes nos mezclamos con la gente
en rutinario trajín de trabajar.
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