25.1.12

A mi ídola


Te tejió la luz en el vientre de tu madre
Con rayos del sol de la mañana,
Tan radiantes, tan frescos, tan lozanos
Como el germen del trigo de tu Pampa.
Y no es casual, no, que cuando ríes se ilumine mi alma
Porque tienes el toque justo de ternura,
 de paz sin ataduras ni fusiles,
y del néctar de las flores de la alfalfa.
Estás, y tu optimismo se abalanza
Sobre la oscuridad  que encarcela algunas almas
Cual si los átomos que forman tu figura
Las anegaran en confetis de bonanza
En vos muere el prejuicio y la censura,
La libertad es tu única balanza
Y no juzgas, dejas ser y  lo permites
Por eso es que me gustas
eres auténtica, genuina y solidaria. 

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