igual que al potro en la
doma, hay que amainarlo
y hay que darle forma como al
alabastro
para en trozo de arte verlo
transformado.
Hay que trabajarlo igual que
a la arcilla
y hay que podarlo, así como
al árbol
para que sus frutos nos den
regocijo
cuando ya maduros queramos
probarlos.
Más, nacieron libres en puro albedrío
¿Por qué
censurarlos?
¿Acaso el poeta está a la
rima atado?
¿Por qué no dejarlos que
florezcan libres
y que sus palabras fluyan
sin un trazo?
¿Qué quiere el poeta?
¿Expresar su canto o
escribir rimando?
Talvez ambas cosas.
Es un instrumento el que
tiene en sus manos
y para que suene armónico y claro,
se debe afinar…
Para que no pierda su
esencia y su encanto.
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