1.4.12

Cosechero


Las sombras largas de las finas alamedas
se recuestan en tu alma de manzanos y peras;
el sol se hace sangre en el ocaso
y penetra mi olfato la noche que se acerca.
 
Ha acabado otro día de la dura cosecha,
De escalera pesada, de transpirada tela
Y regreso hacia mi pieza falleciente
Por tus calles empedradas y maltrechas.

Entre aromas de alfalfas y de menta
Me zambullo en el agua de un canal que te riega
Agua bendita para mi piel cansada
Fresca quimera que mi alma renueva.

No conozco otro mundo, sólo chacra y acequia
¡Pero soy tan feliz pisando vuestra tierra!
Recogiendo tus frutos, sacando la maleza
Levantando la patria desde mi humilde senda.

Mi querido valle de entre las mesetas
Que siempre te colmes de manzanas y peras
Y que siempre mi mano pueda recogerlas
En el soleado estío, en la sórdida siesta.

Soy tu cosechero, levanto tu ofrenda
Soy ese que canta sobre la escalera
Soy el que entre plantas, aunque truene o llueva
Me rindo a tus pies como a una doncella.
Soy parte del polvo que en el viento peinas
Soy como el gorrión que anida en tu tierra
Y el que se levanta jornada tras jornada
a jalar tu rienda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario