Talvez algún día, cuando ya no duelas,
cuando por las noches no llore tu ausencia,
cuando seas nada y tu recuerdo muera,
talvez ese día…
talvez ese día vuelva a abrir mi puerta
a tus blancos dientes, a tus ojos de perla,
a la mansedumbre de tu piel canela
y al agua bendita que moja tu lengua.
Pero, amada mía, tenlo bien en cuenta,
no pidas amor, no sueñes quimeras,
no desees besos ni manos sinceras…
Talvez ese día… talvez ese día yo ya no te quiera.
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