Dale cobijo a su
espíritu
De angelito
abandonado,
Que desde lo más
profundo
Implora por ser
amado.
Sonriendo con
desparpajo,
No mezquinéis
fantasías,
Malcríalo en tu
regazo.
Dale mieles de tu
alma,
De abejas libres
volando
Regálale
caramelos
No encerrados en un
frasco.
Súbelo en un
barrilete
Camino al cielo
volando,
Y cántale una
canción
De niños al sol
jugando.
No lo asustes con el
“cuco”,
Miéntele sobre
camellos
Guiados por reyes
magos.
Y sobre un papá de rojo
Y sobre un papá de rojo
Que en trineo trae
regalos.
Riégalo con la
inocencia
Del principito
dorado,
Pon semillas de
bondad
A la orilla de sus
cardos.
Y dale todo el amor
Que alguna vez le
negaron.
Y si ves que por la
noche
Llora por estar
soñando,
No lo despiertes, mi
vida
Sólo arrúllalo en tus
brazos.
A esta hora, exactamente, hay un niño en la calle (Víctor Heredia)
A esta hora, exactamente, hay un niño en la calle (Víctor Heredia)
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