Pero
estaré erigido del mismo barro
Cuando
el camino de la luz me reaparezca
En
otro cuerpo, en otro tiempo, tirando de otro carro.
Yo
sólo tengo mi mirada de lámpara torcida
Mis besos
escamados y las manos mugrientas.
Un
alma de golondrina viajera me habita
En el
cósmico arcoíris del tiempo,
Que con
su fuego insaciable
Devora los recuerdos
Como si
fueran rama seca.
No sé
de dónde vine, ni adónde iré
Cuando
en un próximo otoño
Sea sólo
un mendrugo en la tierra.
La
nada talvez. Pero tan bello como un haz de luna.
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