la tarde opacerá en un sol
de noche,
y vos y yo tan cerca, piel a
piel
aguándonos de néctar en mi
coche.
Afuera colorido un carnaval
de luces,
y en cada uno alumbrará la
locura
su placenta de orgasmos en
el cielo.
La fiesta aún no comienza y
te deseo,
el agua de la flor lava mi
cuerpo,
un perfume de jabones y
champúes,
imagino la fragancia de tus
senos.
Éste sí, éste no, mejor el
negro;
también quiero la camisa
haciendo juego,
y mi rostro con un liso de
navaja
ya deseoso de caricias y de
besos.
Tu sonrisa y tus ojos tan
intensos
le dan la bienvenida a
nuestro encuentro;
si hay personas, o música, o
comida,
no lo sé, sólo veo tu figura
en el intento.
Y la noche se tiñe de
miradas,
y unas manos que buscan
otros dedos,
y un corazón que bate
acelerado
su tambor de guerra de alma
en celo.
Y voy tomándote las manos,
y tus curvas provocan en
meneo.
Un contacto de labios,
descuidado,
y un torrente de hormonas
crece dentro…
Son las cinco y en casa hay
un marido
que espera tu llegada en el
silencio,
que no sabrá que estuviste
hoy en mi coche,
que no sabrá que hoy,
bebiste de mis besos.
¡Extraordinariamente bello, bello poema! Sensual amoroso que pone a una a soñar con algo similar vivido.
ResponderEliminarUn saludo y mi felicitación.
Guauuu! cuanta pasión y ardor juvenil. Saludos
ResponderEliminarUn abrazo Rosa María!
Eliminar