No he podido cifrar el
sentir de tu antojo
La escalera de tu alma, de
tu amor el cerrojo
Pero caigo rendido al
recuerdo maligno
Un mañana doliente me
espera tras la puerta
Ojala que no llegue,
ojala mi alma muera
Al atravesar los muros de
la noche serena
Que péndula en mi cuarto
con un hacha guerrera.
No debe ser la sangre,
deberá ser la espera
La que lave mi carne con
salada salmuera
No podrá ser la muerte, no
podrá ser la guerra
Sin dudas serás tú, la que
clave la espuela
Que me lleve a lo hondo
del dolor y su senda.
…Y una vez que acaricie el
dolor y la pena
Y vea como visten sus
dolorosas prendas
Me habré curado todo y ya
no habrá cadenas
Que me aten a tus sombras…
que me duelan
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