24.11.13

La muerte de un amor

No hubo funeral
Ni coronas de flores marchitas.
El día se metió en un ala del invierno
Y la lluvia comenzó a caer y a esconderse
En charcos crepitantes y marrones.

Ya no hubo paraguas para dos
Y una sombra negra se alejó oscura y silenciosa
Bajo el gris racimo de gotas transparentes
Dejando en unos ojos
La mirada aletargada y ausente.

Su figura se perdió allá, en el espacio
Como una sombra china entre las manos de la tarde.
Se calló la canción, se quemaron las cartas,
De las entrañas emergieron arrugas
Y se abrió una herida flagrante y fatal.

Un alma quedó sola en ese instante,
Ahora sin abrigo
Y un mar de gélidas olas
Arrasaron los glóbulos de fuego de su sangre.
Se ha roto la homeostasis,
Y comienza el camino de las noches
Con los ojos mirando hacia la nada.

Ahora, es tiempo de salir a buscarla por las calles,
A transitar la soledad anquilosante,
Y, aunque a pesar de que la encuentre
encendida de la mano de otro amante
Tendrá que simular que ya no arde.

2 comentarios:

  1. Ha sido muy grato perderme por tus emotivos y hermosos poemas. Un placer de lectura. Saludos.

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    1. Gracias Rosa!!! el placer es mío que cause placer en ti lo que escribo.
      Saludos!!!

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