Mañana,
cuando te encuentre
Seremos
dos cachorros jugando en la hojarasca que dejó el otoño.
Te
miraré, me mirarás y nuestros ojos se habrán entendido
Correremos
bajo el sol de la mañana
Y volveremos
a reírnos y jugar.
La
miel de tus ojos endulzará mi alma
Y la
abeja del amor libará de la flor de la nostalgia.
Nos
diremos cuánto nos hemos extrañado
Y
hasta quizás ruede una lágrima.
Los álamos
de la chacra nos mirarán absortos
Y los
zorzales nos cantarán su melodía.
Te abrazaré,
me abrazarás y la espiral del tiempo
Se
habrá diluido en las catacumbas del recuerdo.
Enredaré
mis dedos en los rulos de tu cabello
Y mis
manos se entibiarán en tu rostro de niño.
Ahí,
ahí te besaré, te apretujaré en mi pecho y te amaré por toda la eternidad.
Así
te recuerdo y te extraño, así te lloro cada domingo por la mañana
Cuando
el teléfono ya no suena.
Andrés vengo de leerle de la página de Mundo Poesía Poemas. Es un placer leer sus escritos.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.
Muchas Gracias!!!!
ResponderEliminarAyy Andres, que versos más emotivos y bellos, tocan las más intimas fibras del corazón y lo hacen palpitar de emoción. Es la primera vez que te leo y te aseguro que no será la última. Besos llenos de admiración. Isabel (Lomafresquita)
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