13.10.13

Domingo por la mañana

Mañana, cuando te encuentre
Seremos dos cachorros jugando en la hojarasca que dejó el otoño.
Te miraré, me mirarás y nuestros ojos se habrán entendido
En la confluencia de las almas gemelas.
Correremos bajo el sol de la mañana
Y volveremos a reírnos y jugar.
La miel de tus ojos endulzará mi alma
Y la abeja del amor libará de la flor de la nostalgia.
Nos diremos cuánto nos hemos extrañado
Y hasta quizás ruede una lágrima.
Los álamos de la chacra nos mirarán absortos
Y los zorzales nos cantarán su melodía.
Te abrazaré, me abrazarás y la espiral del tiempo
Se habrá diluido en las catacumbas del recuerdo.
Enredaré mis dedos en los rulos de tu cabello
Y mis manos se entibiarán en tu rostro de niño.
Ahí, ahí te besaré, te apretujaré en mi pecho y te amaré por toda la eternidad.
Así te recuerdo y te extraño, así te lloro cada domingo por la mañana
Cuando el teléfono ya no suena.

5.10.13

Ayer y hoy

Ayer, cuando no existía el tiempo y podía oler tu aroma.
Hoy, cuando te extraño.


Asoma el sol a lo lejos
Es el clarear del nuevo día
Es de la noche agonía
Y es de la vida reflejo.

Late aún mi corazón
Como el riel de aquella vía
Que se ha llevado algún día
Mi niñez ya sin regreso.

He despertado otra vez
Y eso en mí causa alegría
Anoche en mi letanía
Rogué no volverme viejo.

Pero hoy medito perplejo
Toda esta contradicción
De  ser, estar o no ser
Cuestión que aún no manejo.

Quisiera volver a verla
Y a desandar el camino
Devolver a la uva el vino
Y al animal su pellejo.

Quisiera tomar su mano
Impoluta y cohibida
Y en dos palabras urdidas
Regalarle mi cortejo.

Quisiera hoy caminar
Detrás de sus pasos de hada
Y amarla en cada pisada
Con mi corazón bermejo.

Quisiera tomar su aroma
De obrera de piel cansada
Esa amalgama dorada
De olores de tiempos viejos.

Pero el presente está lejos
De aquellos días radiantes
Cuando Ella, mi santa madre
Me acunaba en tibio pecho.