8.9.18

Resquicio


No sé por qué la noche se reunió en tus ojos
Y el almendro te dio el color de su centro.
Y aunque la noche guarda oscuridad y silencio
En ella los amantes se encienden como el fuego;
El almendro florece lejos del verano
Y siendo aún invierno se corona endiosado
En pétalos fulgentes
con blancos y rosados.

No sé por qué los pájaros anidaron en tu boca;
Sembraron primavera en el arrabal de tus labios;
Colgaron sinfonías en tus cuerdas vocales
Y te dieron la brisa de tu aliento seráfico.
No sé por qué la rosa te regaló su aroma
Y en el resquicio de tus piernas el sol prendió una llama
Si yo tan sólo soy un voyeur en las sombras;
Que no puede alcanzarte;
Que desea tu aroma, tu piel y tu entraña.