Te
quiero con este amor maduro
Que
brota medular desde el caracú
Con
la sabia simple de lo sustancial.
Te
quiero con este amor crecido
De
río tumultuoso en verano
Y de
rama colmada de gorriones en invierno.
Te
quiero en la mirada de mi niño,
En la
canción de su inocencia de ángel,
Te
quiero porque me quiero
Y
quererte me hace bien
Como el
estanque a sus nenúfares.
Te
quiero cuando no estás,
Cuando
siento que te extraño
Y la
casa se torna ancha y silenciosa.
Te
quiero cuando cae la lluvia
Del
invierno entre las chacras
Y estás
junto a mí atizando la hoguera.
Te
quiero porque tu estuario de carne
Trepidante
y emancipada no le teme al placer
Y me
regalas la flor de tu deseo.
Te
quiero porque atesoro tu caricia de agua clara
Cuando
el lodo social trasvasa mis silencios
Y ya
no me quedan armas de defensa.
Te
quiero porque a pesar de nuestras individualidades
Logramos
la amalgama perfecta en el diario trajín
Del camino
escabroso de los días.
Te
quiero porque ya no hace falta la palabra
Y nos
entendemos en el idioma de la mirada.
Ese que
sólo conocemos vos y yo.
Te
quiero porque aunque el mundo vaya a prisa
Me
gusta esperarte con el mate caliente
Entre
las notas amorosas de la zamba.
Por
estas razones y las que no entiendo
Por las
que no he podido escribir
Y por
las que no he encontrado: te quiero.