8.5.16
Arrepentimiento
No quiero el papel gris del soldado muerto
Que no se envuelve en la bandera de la patria.
No quiero al lobo hambriento babeándose a mis ojos,
Ni las cornisas de la Cordillera de la Sal.
Aunque los ángeles sedientos vuelen por las noches
Queriendo saciar la sed del pecado capital,
No consentiré que desosen mis flaquezas.
Un perro ladra y se alegra a mi llegada.
Desde el mar de caballos negros
Una llama me cocina
Con su tren susurrando en mis arterias.
Mi cuerpo solivianta los recuerdos, lo vivido, lo ya muerto,
Y me pregunto: ¿de verdad me arrepiento?
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